"La posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea algo interesante" Paulo Coelho




Evocando a la antítesis de mi debilidad

viernes, 13 de abril de 2012

Por esos momentos que necesitas tener la compañía de la soledad y continuar en pensar y pararte en algún rincón de cierto lugar.
Me siento culpable por  ser consciente de que tengo alas y saber que soy perfectamente capaz de echar a volar en cualquier momento. Pero lo que me hace sentirme mal es tener un culo inquieto que no para de interconectarse con mis planes de futuro. Ahora esto y luego lo aquello, antes pensaba que aquí, ahora evito el pensarlo.

Siempre he sabido que las ataduras mentales son las que me pueden amarrar más fuerte a un lugar o a una situación, pero esos días de rayadas en blanco y negro van a convertirse en millones de puntitos de color que van a estallar en mi espalda para colorear y renovar mi vida como una habitación recién pintada.
Mucha pena sentiré por los que me quieren, pero estoy segura de que soy capaz de querer y recordar en la distancia. No soy de ideas fijas pero sí lo soy de sentimientos sobre las personas que demuestran que vale la pena echarlas de menos de vez en cuando.

Nunca he necesitado estar con alguien para sobrevivir, pero sí que he precisado de momentos a solas para poder respirar de nuevo, y con ello renovar mis propias ilusiones, que son pocas pero intensas si se llevan hasta el extremo. Porque no estoy para nada de acuerdo con un punto de equilibrio, si sientes algo  renovador empobreces su belleza si lo vives sólo a medias. Porque las medias tintas no son buenas, y una moderación sensorial puede hacer que un día con encanto se convierta en media jornada insípida…

Cada uno tiene su sitio y mi lugar está fuera de ninguna parte, sólo sé que poco a poco me percato de que la vida no comienza cuando naces, sino cuando las horas del día son efímeras, los saltitos por el parque son resquicios de tu efusividad interna o cuando los sueños no se conforman con pasar la noche contigo y se convierten en acosadores de esas escasas horas diurnas ocupadas en cumplir con lo obligado, en dar apariencia de normalidad.

En el mundo todo tiene una función: la hierba alimenta, el aire nos da el aliento y el amor a veces nos da alas… pero yo con ellas soy incapaz de volar, porque todo lo que sube baja, y las alas que yo tengo en soledad son una fuente de energía inagotable… mientras que las compartidas han resultado ser de cartón piedra.
Y es que sola surco los cielos de mis aspiraciones, nadie vuela jamás por este lugar salvo yo misma. Nunca dejaré acceso a esta parcela de la mente, porque si alguna vez lo hiciera, perdería el rumbo al libre albedrío, el mapa que me lleve de vuelta a mí misma…        
             
                                    
                                  

3 comentarios:

Luismi dijo...

No cambies. Eso que llevas en tu interior, hasta las últimas consecuencias. Sé fiel a tí misma y en lo posible, a todo aquel que también lo sea contigo.

Besos

Recuerdos Intoxicados dijo...

Me he sentido tan identificada con este texto.
Cuanta razón llevas. Nunca dejes que nada ni nadie te corte esas alas, que te hacen ser la GRANDÍSIMA persona que eres.

MERY dijo...

papa, conforme me doy cuenta de las cosas aprendo que lo más importante es no traicionarse a uno mismo =)

Ari me ha hecho una ilusión enorme tu comentario!! sabes que de tu persona opino lo mismo y a partir de ahora tú y yo vamos a volar de lo lindo... palabrita =)