"La posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea algo interesante" Paulo Coelho




Torbellino de cambio

domingo, 28 de abril de 2013



Muchos momentos pesan y en ocasiones parece que te encuentras en un laberinto. Piensas que no hay salida, ni fácil ni difícil, simplemente estás en un bucle sin final. Pero todos los laberintos tienen su salida, consiste en ampliar la mirada y saber ver más allá, de levantar la vista del suelo y mirar hacia el frente. 

Muchas veces son tus seres queridos los que te cogen el mentón para ver ánimo en sus miradas, para que la tuya se contagie con la iniciativa de seguir hacia adelante. Aunque hay ocasiones en las que seguimos echando los ojos al suelo y cabizbajos continuamos en penumbras… buscamos luz pero nos obcecamos en que todo sale mal, queremos comprensión pero nos aislamos para no amargar a los demás. Quieres hundirte en tu propio pesar, porque sientes que solo así en algún momento dejarás de sufrir, aunque sea del agotamiento al pasarlo tan mal. 

Momentos en los que llevas las preocupaciones ocultas y te viene una persona para desvelarte las suyas. ¿Qué haces en ese instante? Te dedicas a mostrarle lo bello que es vivir, que los malos momentos son efímeros y que la felicidad permanece siempre en nosotros. ¿Por que a quién le gusta sufrir? Después de iluminar el día a esa persona, te da por reflexionar: doy consejos a la gente y aún así no soy capaz de aplicármelo a mí cuando estoy mal… qué contradictoria es la vida! Sigues tozudo en la idea de que estás solo y nadie tiene remedio para tus problemas, aunque tú los tengas para los demás. 

La tristeza no es el sentimiento que el ser humano lleva por bandera, porque si así fuera nos dedicaríamos a hundir a la gente en vez de intentar rescatarla de su pesadumbre. Por ello saco como conclusión que los momentos desesperanzadores tienen algo de valor, aunque sean muy difíciles de ver, ahí están. Que por muy mal que esté la situación en el mundo, un pequeño gesto acompañado de un cambio de actitud puede mover tu mundo hacia la felicidad, y no hacia la tragedia. 

¿Por qué vuelvo a escribir? Seguramente porque mi mente lo necesitaba. ¿Qué quiero decir con esto? Simplemente que cuando estamos tristes no damos lo mejor de nosotros, que damos la mitad de luz de lo que es capaz de proporcionar el ser humano al mundo. Vivir a medias nunca me ha gustado, y saber que estar mal supone no dar el 100% de mi ser es algo que me gustaría evitar cuantas más veces mejor.
Con el día de hoy, me quedo con el momento en el que estando en una celebración entre hermanos, sonó esta canción de fondo que me recordaba que no estoy sola, que siempre soy comprendida y que el caminar puede ser duro, pero siempre tengo una cuerda firme que me sostiene y me sostendrá. 

¿Tú te sostienes?, yo simplemente me dejo sostener.