Momentos son muchos en los
cuales no tenemos ganas ni de encontrarnos a nosotros mismos, bien porque no
podemos, no queremos o no sabemos. Muchas son también las maneras de vivir el
transcurrir de tu historia. Nos vemos muchas veces en la necesidad de definir nuestra
vida en torno a una serie de metáforas: esto que experimentamos es como un
camino, como un río, como un árbol… o simplemente estamos porque estamos y
somos todos los que aquí residimos. Sin embargo, una de las cosas más
exquisitas de las personas HUMANAS es la capacidad de cuestionarse preguntas o
dudas que a lo mejor no tienen respuesta, pero nunca se cansa uno de
resquebrajarse el pensamiento; puesto que esto es parte de la condición de ser
persona.
Las flaquezas afloran
cuando llueven torrentes de situaciones inexplicables y duras que sobrepasan lo
racional, lo entendible. Y… ¿qué hacemos para solucionarlo? La respuesta no
tiene una definición concreta, puesto que estamos hablando de algo que escapa a
la globalización a la que hoy en día estamos conectados. Cada uno es como es y
asimila lo que sucede sin coordenadas y normas que resuelvan los problemas,
como si se tratara de un problema de física en base a fórmulas matemáticas.
Para afrontar el día a
día no existe un brebaje mágico, ni una premonición de los astros… lo que se
necesita verdaderamente es una mentalidad que tenga como cimientos el
positivismo, la esperanza y una fortaleza que afirme que una piedra en el
camino, un tronco que atraviesa el río o la llegada del invierno para los
árboles no sean un impedimento para pensar que después del invierno siempre
llega la primavera…Yo lo he conseguido encontrar gracias a las señales que me da el cielo.
Las lágrimas necesitan
ser derramadas en multitud de ocasiones para que uno sea capaz de sentirse bien
después; al igual que las ganas de reír se buscan incansablemente por cada
rincón de los días. No perdamos nunca las ganas de sufrir para poder disfrutar
posteriormente, puesto que siempre se ha dicho que la vida es dura… yo afirmo
que no es fácil, pero muchas veces las cosas que nos hacen sentir colmados
provienen de incertidumbres que estaríamos dispuestos a dar toda una vida por resolverlos. Valoremos siempre ese tiempo que se nos da en torno a la búsqueda
de la felicidad.
3 comentarios:
NO DEJES DE MIRAR AL CIELO...TE QUIERO.
Leer las señales no está al alcance de cualquiera. ¡Bien por tu mirada limpia!
hagamos que los que si pueden faciliten a los demás poder disfrutar de ellas... un besazooo enormeeee
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