Que monótono organizarte la vida no? Levantarte por las mañanas y saber en todo momento lo que vas a hacer con cada hora… pienso que cuando
caes en ese esquema vital lo único que haces es materializarla, impidiendo a
los impulsos aflorar en ti decisiones erróneas, inapropiadas o descabelladas.
Observar el pasado en tu presente, otra equivocación: lo hacemos por miedo a
que algo desagradable nos vuelva a ocurrir y poder estar pendientes de cómo
actuar en consecuencia. Intentar adecuar tu comportamiento a las experiencias
es un fallo, puesto que las experiencias, por muy similares que parezcan, nunca
serán dos iguales.
Las experiencias del día a día se sostienen por medio de
sensaciones, sentimientos y emociones instantáneas… mi pregunta: ¿Es posible
organizar nuestros sentimientos? Pienso que los diversos motivos que nos hacen
levantarnos cada mañana se someten todos los días a un libre al bedrío que
permite orientar nuestra actitud. Lo mejor es
tener valor de hacer caso a nuestras intenciones, a nuestros impulsos de
decir lo que sentimos; porque si te callas las cosas las horas pasan y tu vida
pasa de ti misma.
Cada vez que dicen que algo es difícil o casi imposible se
levanta en mí una sensación de orgullo y cabezonería: no se sabe si algo es
posible hasta que no posibilitas la opción de intentarlo. Sólo será
irrealizable cuando todos nuestros proyectos no sean guiados por nuestros
antojos emocionales, por eso cada vez más deberíamos mentalizarnos de que todo
es posible: que lo inconcebible puede tornarse en realizable.
La clave del éxito reside en evitar un croquis, una lista, un
horario: imprescindible el sentimiento defendido por la razón. Asique nunca
pidas un futuro, pero nunca te canses de exigir siempre un presente
indescriptible
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